Premio Nobel de Química

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I+D | IA

noviembre 8, 2024

Demis Hassabis y John Jumper

Viaje del Héroe

Antes de emprender su evolución en el ámbito de la bioinformática, Demis Hassabis y John Jumper ya eran figuras prominentes en el campo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. Hassabis, cofundador y director ejecutivo de Google DeepMind, había estado durante años explorando cómo las potencialidades de la IA podían aplicarse para resolver problemas intrincados y trascendentales. Por su parte, Jumper, un destacado investigador en bioinformática, aspiraba a desentrañar algunos de los misterios fundamentales de la biología. Ambos compartían una profunda pasión por la ciencia, aunque se encontraban aún enmarcados en una rutina de investigaciones que avanzaba de manera gradual y sin señales claras de los logros monumentales que luego alcanzarían.

El llamado a la aventura se manifestó en la forma de uno de los desafíos más laberínticos en la biología moderna: la predicción de la estructura tridimensional de las proteínas a partir de sus secuencias de aminoácidos. Un problema que había permanecido durante más de cincuenta años sin una solución satisfactoria. Las proteínas, esenciales para la vida, tienen estructuras que determinan sus funciones, y comprender su configuración podría abrir puertas significativas en la medicina, como el desarrollo de fármacos y la creación de nuevas terapias para enfermedades complejas. Sin embargo, los métodos convencionales para comprenderlas eran excesivamente lentos y costosos. Fue entonces cuando ambos decidieron embarcarse en la ambiciosa misión de diseñar un modelo capaz de resolver el dilema del plegamiento de proteínas de manera precisa y a una escala sin precedentes.


Encuentro con el Mentor

Como en todo viaje heroico, siempre existe un referente que proporciona guía y esperanza. Para Hassabis y Jumper, no fueron solo individuos, sino también el legado de pioneros en biología y el sólido apoyo de sus equipos en Google DeepMind. La inspiración de figuras como David Baker, quien también fue galardonado con el Premio Nobel por su labor en el diseño computacional de proteínas, sirvió como recordatorio de dicho potencial sin explotar. Además, el intercambio de conocimientos con biólogos experimentales fue crucial, ya que ofreció una perspectiva fundamental para alcanzar el éxito.

El cruce del umbral tuvo lugar cuando optaron por invertir todos sus recursos y esfuerzos en AlphaFold. Con el respaldo financiero de un gigante tecnológico y la confianza de la comunidad científica, se aventuraron a desarrollar el sistema de IA más avanzado hasta el momento para la predicción estructural de proteínas. Decidieron apartarse de los métodos tradicionales de simulación para embarcarse en terrenos desconocidos, aplicando técnicas de aprendizaje profundo y algoritmos que ofrecían una vía radicalmente diferente para abordar una cuestión tan compleja.

Enemigos y Aliados

El recorrido fue todo menos fácil. Enfrentaron numerosos obstáculos, como el manejo de volúmenes masivos de datos, y la dificultad de generar modelos que pudieran simular estructuras moleculares con una precisión sin precedentes. Sin embargo, contaron con aliados fundamentales: universidades de renombre, y equipos dentro de Google que contribuyeron a afinar los algoritmos y a preparar la infraestructura computacional necesaria. También enfrentaron escepticismo: algunas voces críticas dudaban de que una IA pudiera superar los métodos experimentales que habían sido desarrollados y perfeccionados durante décadas.

El acercamiento a la cueva más profunda tuvo lugar en 2020, cuando AlphaFold participó en el concurso CASP (Critical Assessment of Structure Prediction), el evento más prestigioso para evaluar la precisión en la predicción de estructuras proteicas. El modelo debía medirse contra otros métodos de vanguardia, y las expectativas eran inmensas. Este fue un instante decisivo: si los resultados no cumplían con lo esperado, todo el esfuerzo podría quedar en entredicho.

Prueba Máxima

Sería la evaluación en el CASP14. Que no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó de una manera sorprendente. AlphaFold demostró ser capaz de predecir la estructura de proteínas con una precisión comparable a la lograda por los métodos experimentales de laboratorio, lo cual supuso una transformación en el campo de la biología estructural que sorprendió a la comunidad científica global, cuyo éxito validó el potencial de la IA para resolver problemas complejos de la ciencia biológica.

La recompensa llegó en forma de reconocimiento internacional y en la satisfacción de haber generado un impacto inmediato. El desarrollo permitió abrir una base de datos pública que contiene millones de estructuras proteicas, haciendo disponible esta información a pares de todo el mundo. En palabras de Hassabis, esto representó «la primera prueba del increíble potencial de la IA para acelerar el descubrimiento científico». Desde el diseño de enzimas hasta la creación de nuevos tratamientos farmacológicos, los progresos comenzaron a multiplicarse gracias al acceso que esta herramienta proporcionaba.

Camino de Regreso

No implicó un retorno literal, sino la necesidad de compartir la sabiduría obtenida con el resto del mundo. La base de datos de AlphaFold fue puesta a disposición de la comunidad global gracias a la colaboración con el Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI), permitiendo que todos pudieran beneficiarse de tamaños hallazgos. Los artículos de investigación se convirtieron rápidamente en algunas de las publicaciones más citadas, y millones de científicos encontraron en estos progresos un impulso esencial para sus propios proyectos.

El elixir que Hassabis y Jumper trajeron de su travesía fue la sabiduría abierta y el acceso a la predicción estructural de proteínas, algo que previamente había sido negado para la mayoría. Esta herramienta no solo aceleró todo, sino que también cumplió la promesa de convertirse en un pilar fundamental en la lucha contra enfermedades y en el diseño de terapias innovadoras. La hazaña no representa solamente un avance en la biología, sino que constituye una prueba irrefutable del potencial ilimitado que se puede alcanzar mediante la colaboración entre la inteligencia artificial y la ciencia para el beneficio de toda la humanidad.

Las contribuciones de AlphaFold han sido ampliamente elogiadas, y entre sus reconocimientos se encuentran: el Premio de Investigación Médica Básica Albert Lasker 2023, el Premio Breakthrough en Ciencias de la Vida 2023, el Premio Internacional Gairdner de Canadá 2023, el Premio Clarivate Citation Laureate 2024 y el Premio de Ciencias Médicas Keio 2024.


Fuente de Inspiración: Google DeepMind